Las pinturas se pueden relacionar directamente con el ciclo de frescos pintados por Benozzo Gozzoli para la Capilla de los Magos del Palacio Medici Riccardi en 1459, tanto por la disposición general de la escena como por citas literales precisas: el corcel al paso y el que se erige, los palafreneros con librea, el fondo rocoso sobre el que se destacan ciudades amuralladas, el tratamiento de la vegetación. Sin embargo, en comparación con el estilo de Gozzoli, el taller de Angeli se distingue por las innovaciones y la contaminación de las fuentes. Mientras que en las paredes ricamente decoradas de la capilla del Palacio Medici Riccardi las figuras femeninas están completamente ausentes o relegadas a los márgenes de la escena, en las dos pinturas firmadas por Angeli las mujeres aparecen como protagonistas del cortejo. Inspiradas en Ghirlandaio (1448-1494) de la Capilla Tornabuoni en la Basílica de Santa María Novella, la mujer a caballo retoma el perfil de Giovanna Tornabuoni en el Nacimiento de María, mientras que la canefora que sostiene un conejo en sus brazos es una cita del Nacimiento de San Juan Bautista. Junto a las dos grandes pinturas, la exposición presenta otros testimonios de la amplia y variada producción artística del Taller Angeli, con la exhibición de bocetos, pinturas y muebles ricamente decorados, capaces de contar la inagotable búsqueda de la familia de artistas en torno a las fuentes de inspiración renacentista.
La exposición es una oportunidad para profundizar en el artista y el contexto en el que su taller se vio involucrado. En Florencia, en el período entre los siglos XIX y XX, se desarrolló un verdadero culto por el arte renacentista gracias también a la presencia constante de numerosos turistas angloamericanos en la ciudad, y es en este contexto social donde el taller de Federigo (1891), Alberto (1897) y Achille (1899) Angeli adquirió la dimensión de una gran forja artística capaz de satisfacer las ambiciosas excentricidades de los clientes: desde la restauración de pinturas hasta las copias del arte antiguo, desde los cofres hasta las témperas, hasta la decoración con frescos de villas enteras en Estados Unidos, en la Costa Azul y en Mónaco, contribuyendo a llevar más allá de las fronteras nacionales el gusto por la pintura del Trecento y Quattrocento.
El comité científico encargado de los estudios del catálogo y la curaduría está compuesto por un grupo de profesionales e historiadores del arte de entidades públicas y privadas, en una sinergia de experiencias y competencias capaces de fomentar nuevas perspectivas de estudio, compuesto por Cristina Acidini, Francesca Baldry, Daniela Magnetti, Roberta Masucci, Marco Moretti, Federica Parretti, Filippo Timo y Valentina Zucchi.